Tradición familiar y raíces marineras
Una historia que habla de olor a sal y tradición.
Hubo un tiempo en que los chiringuitos se montaban y desmontaban. Desde el suelo hasta el techo, cada inicio de temporada, todos se ponian manos a la obra y comenzaban a levantar lo que sería el paraíso de muchos veraneantes.
“Es en esos años, cuando José Pérez tuvo la idea, junto a su amigo y primo, Miguel León, de construir El Canarias, un conjunto de paredes, pilares y techo que darían vida a tantas historias y felicidad”
El Canarias
Ambos eran hombres de mar, y juntos hicieron su servicio militar, en parte a bordo de una embarcación llamada, El Canarias. De ahí el nombre. En esta primera etapa, todo el chiringuito estaba construido en madera y todo lo que habia a su alrededor era paradisiaco. Se trabajaba sin parar durante toda la temporada estival, y, siguiendo la normativa vigente en aquellos años, se volvían a desmontar esperando de nuevo el final de la primeavera para volver a empezar.
Entre el mediterráneo y La Carihuela
Con los años, tuvieron que trasladarse varias veces, pero siempre en el entorno de la Carihuela. Incluso hubo unos años en los que el techo era una carpa circense. La estructura fue cambiando, de madera a aluminio y del aluminio al ladrillo. La ley de costas fue cambiando durante todos esos años, y muchos de estos locales a lo largo de las costas españolas desaparecieron. Pero El Canarias supo ir adaptándose a la normativa, y por fin pudieron dejarlo como un restaurante fijo junto al mar.
Otra imagen, pero la misma esencia
A dia de hoy lo que veis es el resultado de muchos años de esfuerzo y trabajo. El Chiringuito se ha levantado con otra imagen, pero con la misma esencia que se creó en los años 60, de la mano de aquella pareja jóven, que lo único que hizo toda su vida fué trabajar y trasladar ese sentimiento de sol, arena y mar a todas sus generaciones venideras.